miércoles, 19 de abril de 2017

Cass Kiera - La Sirena

Sinopsis:
Una chica con un secreto. El chico de sus sueños. Un océano entre ellos Hace años, Kahlen fue rescatada de ahogarse por El Océano. Para pagar su deuda, tiene que desempeñarse como una sirena desde entonces, usando su voz para atraer a innumerables extraños a sus muertes. Aunque una solo palabra de Kahlen puede matar, ella no puede resistirse a pasar sus días en la tierra, ver gente normal y anhelar el día cuando ella será capaz de hablar y reír y vivir libremente entre ellos otra vez. Kahlen se resigna a terminar su sentencia en la soledad... hasta que conoce a Akinli. Guapo, cariñoso y bueno… Akinli es todo lo que Kahlen ha soñado. Enamorándose de una humano rompe las reglas del Océano. Pero por primera vez en la vida en vez de seguir las reglas, Kahlen está decidida a seguir su corazón.

Resumen:

Kahlen acompañaba a su familia en un barco, disfrutando de un viaje tranquilo, cuando un canto se hizo escuchar. Todos los que estaban en el barco se tiraban por la borda. Todos siguieron el canto. Pero Kahlen, una vez en el agua, dijo que haría lo que fuera por vivir. Tres sirenas la salvan y la unen a la hermandad de las sirenas. Éstas servían a Oceanía.

Tenían prohibido hablar con humanos. Podían mezclarse con ellos pero no podían entablar ningún tipo de lazo con ellos. Principalmente porque la voz de una sirena era la muerte para los humanos.

Kahlen trataba de respetar las reglas, lo mejor que podía. En especial porque Oceanía le tenía un cariño especial.

Un día que estaba en la biblioteca de la universidad, conoce a Akinli. Luego de cruzarse un par de veces más, quedan para hacer un pastel juntos. Akinli era una desastre en la cocina y ella no era tan mala.

Al las sirenas no necesitar dormir, podían hacer lo que quisieran siempre y cuando ningún humano las escuchara hablar. Por ésta razón Kahlen tenía mucho miedo de interactuar con humanos, aunque fuera en extremo precavida.

Kahlen no pudo soportar hacerle daño a Akinli. Al tiempo tendría que abandonarlo. No podía nunca saber qué era ella.
Cuando llegó al departamento empacó y se mudo, junto con sus hermanas, a una casita en la playa. Sus hermanas preferían la ciudad pero por ella se mudaron. Al estar alterada, fue a hablar con Oceanía pero no llegaba a calmar su mente.

Un día en el que realmente estaba molesta, luego de despedirse de una de sus hermanas, y ver el nacimiento de una nueva, se dejó ir. Se alejó lo más que pudo de sus hermanas y de Oceanía. Terminó en el pueblo de Akinli.
Éste, justo pasaba por donde estaba Kahlen, y la instó a ir a la casa de su hermano. Tenía la sensación de que estaba perdida aunque ella supiera que no era así.

Después de haber estado separados por meses, Akinli no quería dejarla ir. Y al estar tan enfadada con el trabajo que tenían que hacer las sirenas, dándole almas humanas a Oceanía para que se alimentara, ignoró los llamados de su carcelera.
Juntos tuvieron una cita. Kahlen no quería irse pero no hacerlo implicaría muchísimo más dolor que si se alejaba.
Akinli la llevó a la vieja casa de su abuelo, la beso y le pidió que se quedara con él. Y ella sin pensarlo siquiera le dijo que si con su voz.
Éste, al escuchar la voz de Kahlen, se dirigió derecho al mar para que Oceanía pudiera reclamarlo.
Kahlen le rogó que lo soltara y Oceanía lo hizo pero le agregó 50 años más a su sentencia de servicio. La joven estaba destrozada. 70 años casi para dejar de ser sirena. Y lo peor era que había perdido a Akinli.

La hermana más nueva, quería vengarse de sus padres, ya que ellos la habían lanzado al mar para que muriera. Kahlen la ayudó a viajar y eso le dio la excusa perfecta para viajar a donde había conocido a Akinli pero no lo encontró allí.

Oceanía se terminó enterando de lo que habían hecho, cuando se los había prohibido. Casi mata a la más nueva pero no lo hizo. Como condición para no matarla todas debían comportarse como era de esperarse. Inclusive cantar cuando el momento llegara aunque a Kahlen se le retorcieran las tripas y no quisiera hacerlo.

Kahlen comienza a enfermar y ni sus hermanas ni Oceanía sabían que era lo que le pasaba. Las sirenas no enfermaban nunca.
Luego se enteró por medio de sus hermanas que Akinli estaba igual o peor.
Kahlen empeoraba cada día más. Hasta inclusive ya no podía respirar bajo el agua como una sirena.
Investigan la enfermedad y descubren que la voz de las sirenas es un veneno además del llamado a la muerte para los humanos.
La cura para ambos estaba en sus voces. Las mismas que los había envenenado, los podía curar.
Oceanía tuvo que dejar ir a Kahlen.

Por ello sus hermanas la dejaron en la casa del hermano de Akinli. Allí fue adoptada por ellos y por fin dejó de sufrir. Pero principalmente dejó de ser una sirena.

Opinión:

Si bien me gustó, no me atrapó tanto como la saga La selección de esta misma autora. Fue una historia un tanto rebuscada....si bien fue original, no me terminó de atrapar. Tenía momentos en los cuales casi pasaba de página para no seguir leyendo y alcanzar la parte más interesante. Pero al fin y al cabo otro libro de relleno para la espera de libros más interesantes.

Saludos

S



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